miércoles, 20 de noviembre de 2013

¡La vida continúa!


Ideas, textos, música, libros... 
¡herramientas para crecer en la vida espiritual! 

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¡siempre encontrarás algo!
■ P. Agustin 

Life goes on!



Ideas, texts, some music, many books, links,... 
Tools to grow in the spiritual life! 

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you will always find something 
■ Fr. Agustin 

sábado, 16 de noviembre de 2013

Many thanks to you all!

Dear brothers and sisters in Christ, this afternoon I would like to thank you from the bottom of my heart for all the love and work that you have carried with me the weight of my priestly ministry during this short time in front of this community, and I apologize for all my shortcomings and mistakes. I pray to our blessed Mother the Virgn Mary to help with her ​​maternal goodness the new pastor, and I trust the care of San Francesco di Paola Catholic Chuch to the Supreme Pastor, Our Lord Jesus Christ, to whom belongs all the honor and glory for forever and ever amen ■ Fr. Agustin Estrada 

¡Muchas gracias a cada uno y que Dios los bendiga!

Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor, yo quiero dar las gracias de todo corazón por el amor y el trabajo con que llevaron junto a mí el peso de mi ministerio sacerdotal durante éste corto tiempo al frente de ésta maravillosa comunidad, y además pido sincero perdón por todos mis defectos. Al mismo tiempo le pido a la Santísima Virgen María que asista con su materna bondad al nuevo párroco, mientras confio el cuidado de San Francesco di Paola Catholic Chuch al Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, para quien sea todo el honor y toda la gloria por los siglos de los siglos. amén ■ P. Agustin Estrada 

sábado, 2 de noviembre de 2013

Our culture of complain... a good culture?

And you overlook people's sins that they may repent, we just heard (first reading) My dear brothers and sisters in the Lord, the United States is a wonderful country, no doubt. It is a country that is full of good things and that has been blessed by God in a spectacular way; however this country has a defect that overshadows almost everything else. Yes, we have a large defect that shadowy light. This country has developed a deep "culture of complaint". We complain about everything and everyone, and the constant complaint leads us to focus off of what is essential and important. The constant complaint creates in us a bitter heart, and then we begin to see things with the same bitterness that lives within us. This is especially sad when we focus our criticism and our complaint attitude toward our mother the Church and her ministers. St. Francis de Sales used to say that most of the time toward others we have the heart of a judge, a harsh and unforgiving heart, and for ourselves a mother's heart: soft, understanding, kind, and should actually be the reverse: to others we should have a mother's heart, and for ourselves, the heart of judge, to demand more and more in the spiritual life, in community life, in family life. Etc. Apply to the Catholic Church the criteria used to measure the success of a civil company is silly, and certainly a profound lack of respect. The Catholic Church is not a company, it is not a corporate, it is not a religious service agency where everyone pays a fee and then demands a service according to agreed price. If that is our conception of the Catholic Church, then we understood absolutely nothing, even if we receive the Body and Blood of the Lord every day! Conventional wisdom says that "The lion thinks everyone is like him", therefore, before criticizing the Church, before writing a letter of complaint, before raising our voice ... let's do some examination of conscience: What I will to say does it make sense, or is one of my whims? Will I'm complaining about something essential or accidental? Do I have to others the same mercy that God has me? Am I applying to my mother the Catholic Church the same criteria that apply to a department store or a car wash? Let us ask the Holy Spirit its light and grace to discover and rediscover in the Church the Bride of Christ. For her our Lord gave his life. She gave birth and breastfed us every day, does not deserve more respect she and her ministers?  Fr. Agustin

Nuestra cultura de la queja y la critica

Aparentas no ver los pecados de los hombres, acabamos de escuchar en la primera de las lecturas. Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor, los Estados Unidos es un país maravilloso, sin duda, un país que está lleno de cosas buenas y que han sido bendecidos por Dios de una manera espectacular, pero este país tiene un defecto que eclipsa casi todo lo demás; hemos desarrollado una profunda "cultura de la queja". Nos quejamos de todo y de todos, y la queja constante que nos lleva a centrarnos en lo que no es esencial e importante. La queja constante crea en nosotros un corazón amargo, y luego comenzamos a ver las cosas con la misma amargura que vive dentro de nosotros. Esto es especialmente triste cuando centramos nuestra crítica y nuestra actitud de queja hacia nuestra madre la Iglesia y sus ministros. San Francisco de Sales, solía decir que la mayor parte del tiempo tenemos con los demás el corazón de un juez, un corazón duro e implacable, y con nosotros el corazón de una madre: suave, comprensivo, amable, y que en realidad debería ser a la inversa: con los demás debemos tener un corazón de madre y con nosotros mismos el corazón del juez para exigirnos cada vez más en la vida espiritual, en la vida comunitaria, en la vida familiar, etc. Aplicar a nuestra madre la Iglesia los criterios que se utilizan para medir el éxito de una empresa es, además de inútil, una profunda falta de respeto. La Iglesia Católica no es una empresa, ni es una agencia de servicios religiosos donde todos pagan una cuota y luego exige un servicio de acuerdo al precio acordado. Si esa es nuestra concepción de la Iglesia Católica, no hemos entendido nada, incluso si recibimos el Cuerpo y la Sangre del Señor todos los días. La sabiduría popular nos dice que "el león cree que todos son de su condición", por lo tanto, antes de criticar a la Iglesia, antes de escribir una carta quejándonos, antes de levantar nuestra voz hagamos un poco de examen de conciencia: lo que voy a decir, ¿tiene sentido o es uno más de mis caprichos? ¿Me estoy quejando de algo esencial o accidental? ¿Tengo con los demás la misma misericordia que Dios tiene conmigo? ¿Estoy  aplicando a mi madre la Iglesia católica con los mismos criterios que se aplican a un gran almacén o un sitio donde lavan autos? Vamos a pedir al Espíritu Santo su luz y su gracia para descubrir y redescubrir en la Iglesia a la Esposa de Cristo. Por ella el Señor dio su vida. Ella nos dio a luz y nos amamanta todos los días ¿no merecen más respeto ella y sus ministros? P. Agustín